domingo, 21 de noviembre de 2010

Oda al martillo



Todos sabemos que recientemente la Real Academia Española ha llevado a cabo una serie de reformas en la ortografía. Y, cómo no, ha servido el debate a todos los bandos.

Si bien, una vez más, no está claro si lo que se debate es lo que se debería debatir. Eso es algo que los humanos sabemos hacer demasiado bien. Por ejemplo, en cuanto al tema del velo islámico; todo el mundo discute sobre si el inmigrante tendría que ser el que cediese, renunciando a su cultura y religión, o nosotros los que deberíamos estirar nuestra tolerancia. Pero nadie (o casi nadie) se plantea la verdadera cuestión que se debería ser debatida: la discriminación sexista que puede ser el velo o el burka islámico.

En cuanto a la reforma de la ortografía, ocurre lo mismo. Prácticamente todo el mundo que ha salido al ágora del debate nacional defiende o no la reforma presentando a la lengua como una identidad, un símbolo, hoy en día, casi político.

Ahí es donde reside el error. Al idealizar, cargar de sentido, casi de amor una lengua, estamos haciendo perder importancia al fin para el que la utilizamos.

Señores, las lenguas no son más que meras herramientas. Y, por tanto, por supuesto que nos hemos de preocupar por sus reformas y cambios, pero no en el sentido de la “belleza” de la lengua, sino en el sentido de conseguir que ésta/esta sea más práctica.

No nos deberíamos echar a la calle reivindicando las raíces de la lengua, ni abrir grandes debates en salones en los que la gente que se cree importante habla sobre lo que está bien y está mal en la ortografía.

La discusión debería, por lo tanto, estar centrada en lo práctico y útil que puede (o no) ser la nueva reforma. Eso es, no abordar el tema de sólo (ahora sin tilde) como un insulto a las “raíces de nuestra lengua”, sino como la dificultad que puede llegar a tener ahora su diferenciación con el solo, originalmente sin tilde.

Las lenguas son herramientas y, que yo sepa, no es normal hacerle ceremonias a un martillo.
Sin embargo, claro que hace falta revisar el mazo, preocuparse de que esté bien sujeto, ver que funciona.

Pero, nuestro error es que, a veces, nos preocupamos tanto de los componentes del martillo que, al final, no sabemos bien cómo utilizarlo.

Porque... cuando nos centramos demasiado en sacralizar una lengua, ¿nos quedan neuronas para utilizarla al defender nuestros argumentos?

4 comentarios:

  1. Anónimo16:09:00

    Las cosas son "asin" ( Aceptado por la Real Academia).
    Aparte de hacer util una herramienta, la Real Academia son unos cuantos señores que hacen un trabajo, cobran por el y como la mayoría de la gente cuando hace un trabajo ( sea el que sea) tenderá a magnificarlo más que a minimizarlo. Más que nada para indicar que cualquiera no es capaz de hacer ese trabajo.
    En fin "si dejas que otros hagan las cosas por tí, al final pensarán que son mejor que tú"
    Y en este mundo hay mas gente que puestos de trabajo.
    Se la vie.

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  2. Anónimo21:01:00

    Anónimo, he hallado varios errores ortográficos en tu (le tutearé, espero que no le importe) comentario:
    Te has olvidado una tilde en ''útil'', en la segunda línea; también tienes otros fallos como un ''él'' al que le has robado su correspondiente acento(sé perfectamente que acento no es lo mismo que tilde, pero intento no ¿Sonar? redundante), te falta también alguna que otra coma, y supongo que tu dominio del francés es bastante limitado, puesto que en tu última frase verborréica (sí, es popular, pero me parece un tanto incoherente ¿Cómo pretenden que sea la vida?¿Perfecta? Llámame conformista, pero creo que en nuestra situación no nos podemos quejar)has destrozado todo un idioma.
    Sor favor, señores/as, no hagamos un vituperio de unas cuantas normas ortográficas cuando ANTES DE ELLAS tampoco sabíamos escribir.
    Un saludo.

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  3. La pérdida de importancia a la que te estás refiriendo...¿realmente lo es? una lengua es más importante que algo que es simplemente para comunicarnos, si seguimos aceptando, reforma tras reforma, desaparecerán los idiomas, las jergas, TODO, y sólo quedará uno, aquel que "es más cómodo para todos y con el cual somos capaces de entendernos con facilidad por todo el mundo"
    Una lengua implica más que un método de comunicación. Y la gente trata de destruir esas culturas inconscientemente. Se empieza por llamarle dialecto a una lengua, y se acaba por suprimir. "que si los verbos tienen muchas complicaciones a la hora de conjugar", "que si hay muchas tildes que recordar", ¿a caso no es eso lo que diferencia a una lengua de otra?
    Pues bien, yo no estoy del todo de acuerdo con algunas reformas planteadas por la real academia, YO no estoy por la labor de perder lo único que me diferencia de otros personajes que andan por el mundo suelto.
    Cuando aprendes un idioma, estás conociendo más de una cultura, en ocasiones de una religión. Si realmente defiendes la igualdad entre mujeres y hombres, negro y blancos, etc. defiende también su lengua, porque aunque los haga diferentes, no es una simple moda, la moda es el querer suprimirlas, borrarlas de la faz de la tierra...
    A lo mejor no he entendido tu punto de vista como tú querías, lo siento si así es, en serio, pero sinceramente, me encanta el trabajo que estás haciendo con este blog, sin duda llegas a hacer pensar a la gente... ^^
    Un beso y un abrazo

    Atte: Una seguidora ^^

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  4. Gracias, Shiroki (^^)

    He de decirte, que aunque soy cabezota de narices, tu comentario me ha hecho pensar... Yo sigo viendo las lenguas como herramientas... pero, cómo no, también se le puede coger cariño a una herramienta. Y, efectivamente, no todos los martillos son grandes, no todos del mismo material, no todos producen la misma fuerza, y por ello, que, cuando vas a una tienda de mazos (sé que puede llegar a ser cansina la metáfora) no sean todos iguales, y no toda la gente precise lo mismo. Puede que mucha gente prefiera el sentido "conservador" del martillo y apueste por uno de piedra, puede que otro más renovador se decante por uno ¿eléctrico?. Por ello que los vascos no utilicemos martillo, o si lo utilizamos preferimos darle con el lado de madera, xD. Claro que nos debemos preocupar por el martillo, no únicamente en su utilidad (que, oye, tan útil puede ser quitar un acento como ponerlo), si no también en su estética.

    Cuando leo tu comentario me da la sensación de que das por hecho que yo estoy a favor de la reforma, cuando... el quitarle a psicólogo la p, puede llegar a crear problemas al determinar su raíz, o no poner éste con tilde puede llevar a su confusión.

    Considero muy bueno que esto haya generado debate, por que no es para menos.

    Y considero bueno que haya gente dispuesta a pelear por lo que quiere. En cuanto a lo de la lengua como método de separación... yo creo que es mucho más práctico que las lenguas unan, no? Pero eso lo dejaremos para otro día.
    Ojalá todos los lectores sean de la misma calidad que tú, ;)

    Un besazo

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