martes, 16 de noviembre de 2010

El velo islámico, ¿cultura o cadena?


Un tema que está últimamente muy de actualidad es la prohibición del velo islámico en los lugares públicos de los países europeos.

El debate está servido para todos los bandos. Están los que consideran su prohibición como un ataque hacia la cultura islámica, los que opinan que es un símbolo de sumisión de la mujer frente al hombre, y por otra parte aquellos que defienden su prohibición, ya que, argumentan, en un choque de culturas siempre es el inmigrante el que ha de ceder en cuanto a costumbres y derechos.

Yo creo que nada es blanco o negro, y tratándose de un tema tan complicado como es el uso del velo, mucho menos.

Por una parte, y por encima de todo, está la libertad y el respeto hacia la mujer. El velo, aunque a veces se niegue, es una horrible y eufemística manera de someter a la mujer frente al varón, en la mayoría de los casos es un símbolo material de la carga de menosprecio que han llevado las mujeres a lo largo de la historia y aún hoy llevan. Pero la solución en cuanto a esto no es culpabilizar a las mujeres que llevan el velo y multarlas, no, así se comete un error más garrafal todavía: culpabilizar a las víctimas de las atrocidades de los verdugos. Creo que la solución es otra bien distinta: que por cada mujer que lleva el velo, sometida, habiéndosele inculcado desde pequeña que era inferior al varón, se debería hacer un “lavado de cerebro” a todos sus padres, hermanos y maridos, y a todos esos predicadores de un machismo que disfrazan de cultura.

Pero, si –hipotéticamente- supiésemos que todas y cada una de las mujeres que lleva velo en el mundo lo luce única y exclusivamente por respeto a su religión, y han sido educadas en igualdad de derechos u condiciones que sus congéneres varones, por mi parte no habría nada que objetar.

Estamos afortunadamente (creo) en un país libre, libre credo, libre pensamiento, etc. ¿O acaso se sanciona a aquellas personas que lleven una crucecita en el cuello, en los lugares públicos?
Mientras ese símbolo no haga propaganda, que no evangelice lo público, sino que solamente dé información sobre las creencias de cada persona, no es en absoluto nocivo, más bien enriquecedor.

Para cerrar este polémico tema hay que decir a todos aquellos que opinan que han de ser los inmigrantes los que deban ceder siempre en cuanto a costumbres, informarles que la diversidad cultural, es mucho más que una cultura, es una riqueza. Así mismo me seguo preguntando porqué todas esas personas a favor de la globalización económica, intentan en cambio individualizarse en culturas (o salvajadas con ese nombre como disfraz).

Señores, no hay cultura islámica ni católica, hay cultura humana.

3 comentarios:

  1. Anónimo8:46:00

    Desgraciadamente el Islam, incluso en su versión más suave, expresa un menosprecio de la mujer respecto al hombre.

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  2. Bueno, eso habría que cambiarlo, pero, sinceramente no creo que ninguna sociedad ni religión no sea injusta con o menosprecie a la mujer

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  3. Anónimo16:23:00

    A mi, dar pena ver sufrir a mi hermana, ella gustaría poder llevar velos de otros color, o mejor, quitar velo y poner sombrero o llevar pelo suelto.
    Ve a otras chicas españolas y pregunto por que no poder vestir como ellas, salir calle como ellas, y porque en mi casa no poder celebrar navidad. no gusta ser musulman
    Haleb

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